En estas vacaciones, no podemos dejar de conocer el pueblo de Puerto Vallarta. Sabemos que las playas, la vida nocturna y las bellezas naturales es lo primero que llama nuestra atención. Pero, más allá de todo eso, Puerto Vallarta tiene mucho más que ofrecernos. Disfrutaremos de su gran oferta cultural mientras nos deleitamos con la deliciosa gastronomía local. Recorreremos sus calles y callejones mientras descubrimos la variedad de artesanías y pinturas que sus mercados y sus vendedores ambulantes tienen para nosotros. Gozaremos de su arquitectura colonial mientras disfrutamos del paisaje en alguno de sus miradores.
Sin duda alguna, el pueblo de Puerto Vallarta es una razón más para viajar a este destino turístico. Puerto Vallarta se caracteriza por sus marcados contrastes.
El ambiente colonial de sus calles permite que resalte la modernidad de la zona turística. La belleza de la selva y su gran biodiversidad choca con lo inhóspito el desierto en la sierra próxima. El ruido constante de la zona turística hace que el silencio y la paz de sus callejones próximos sea un tesoro muy valorado.
Como todo pueblo mexicano, Puerto Vallarta tiene como epicentro su plaza central a la cual se le conoce como Plaza de Armas. Te recomendamos sentarte en alguno de los restaurantes del lugar y, mientras disfrutas de un delicioso pescado zarandeado acompañado con una michelada, podrás ver a tu alrededor. Descubrirás un sinfín de bares, cafés, tiendas de artesanías, hostales y restaurantes. De igual modo, notarás que en el jardín central se ubican decenas de bancas para que los turistas y la gente local pueda descansar antes de continuar con su camino, o simplemente, disfrutar del momento.
Este barrio comenzó a desarrollarse en la década de los 50’s. Algunos estadounidenses escucharon de la belleza del lugar y decidieron hacer de él su lugar de residencia. (Algunas estimaciones dicen que, al día de hoy, son más de 30,000 los estadounidenses retirados que han hecho de Puerto Vallarta su hogar).
Uno de ellos fue Fernando “Freddy” Romero, quien fue el artífice del desarrollo inicial del barrio. Comenzó a construir propiedades con un estilo típico de pueblo mexicano. Disfrutaba mucho con las casas de adobe y techos de tejas roja. (Posteriormente, a este estilo de construcción se le conoció como “Estilo Vallarta”.
Guillermo Wulff también contribuyó a desarrollar el barrio Gringo Gulch. A él podemos atribuirle que, la mayoría de las casas de la zona cuenten con una cúpula como elemento decorativo.
Es en este barrio donde podremos encontrar la famosa “Casa Kimberly”. Hoy es un hotel de 9 suites, pero en la década de los 60’s, fue la casa donde habitó la mundialmente conocida Elizabeth Taylor.
Las actividades a realizar son muy diversas y muy típicas de la cultura mexicana. Podrás disfrutar de una noche de tequilas mientras escuchas la tradicional música del mariachi mexicano. Descubrirás un sinfín de templos con arquitectura colonial y podrás comer en sus típicos restaurantes y fondas. ¡Los mercados son un mundo aparte! En ellos podrás encontrar desde comida local hasta la ropa típica de la zona. Mientras caminas por sus pasillos, te quedarás maravillado con las pinturas y las artesanías que están a la venta.
Una recomendación muy particular que te hacemos es que dediques una tarde para comer en “El Coleguita”, un restaurante de mariscos muy famoso en la región. El lugar inició en 1989 como un pequeño puesto en el centro de Puerto Vallarta. Gracias al gran éxito que tuvo desde su fundación, cuatro años después se mudaron a un local más amplio sobre la carretera y actualmente ya están establecidos en dos sucursales: Una en el Malecón de Marina Vallarta y otra en Nuevo Vallarta. Desde que llegues al lugar, los meseros te sorprenderán con un consomé de camarón y un trago de tequila, todo esto para abrir boca y, por supuesto, como cortesía de la casa. El platillo más famoso del lugar es el “Plato Coleguita”, una combinación de pescado, arroz y camarones que no te puedes perder.
Planifica tu viaje de modo que puedas disfrutar de estos lugares. Te recomendamos también una visita a Boca de Tomatlán.