Inaugurado en 1964, el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, se convirtió en un símbolo oficial de la modernización del país, siendo este parte del programa de institucionalización de la cultura, característica primordial en el gobierno de Alfonso López Mateos. Por aquellos años, varios museos se abrieron paso en la ciudad, como el Museo Nacional de Antropología, el Museo Anahuacalli, el Museo de Historia Natural, entre otros.
El Museo de Arte Moderno que tiene una forma casi espacial, fue diseñado y erigido por Pedro Ramírez Vázquez, en colaboración con Rafael Mijares Alcérreca. Al entrar al espacio nos encontramos con unas escaleras escultóricas, muy imponentes, iluminadas con sutileza por la luz que atraviesa la cúpula de fibra de vidrio del edificio. Hay seis salas de exposición, tres en la planta alta y tres en la planta baja. Hay una tienda de souvenires y en la parte posterior del recinto, se encuentra otro de sus mayores atributos, el jardín escultórico que tiene obras de artistas como Ángela Gurría, Germán Cueto, Manuel Felguérez, Luis Ortiz Monasterio, Jesús Mayagoitia y Mathias Goeritz, entre otros. La idea del jardín fue concebida por el paisajista Matsumoto, pero el diseño lo realizó Juan Siles.
Entre los objetivos que tiene el Museo de Arte Moderno está el resguardar y difundir la historia del arte moderno mexicano, es por ello que sus colecciones abarcan obras de artistas nacionales, desde la primera mitad del Siglo XX y en sus exposiciones podemos ver muestras de artistas tan importantes en la escena nacional como: David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, José Clemente Orozco, Leonora Carrington, Frida Kahlo, entre otros tantos, que han dado renombre al país con su maravillosa producción artística.
El Museo de Arte Moderno está ubicado dentro del Bosque de Chapultepec y visitarlo es una gran experiencia, tanto sensorial, como artística. Podemos dejarnos deleitar por los paisajes que lo rodean, para luego sumergirnos de lleno en el universo pictórico y escultórico que nos presenta este recinto, caminar a través de su jardín posterior y sentirnos pequeños al lado de tan majestuosas esculturas es toda una aventura que pocos lugares en el mundo nos pueden ofrecer.
Junto con espacios, como el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, este Museo resguarda también una parte importante de la producción artística nacional. Sin embargo, entre sus muestras temporales, se incluyen algunas obras representativas del arte moderno a nivel internacional, para ofrecer al público una muestra de los fenómenos estéticos y creativos que se gestan alrededor del mundo.
El Museo de Arte Moderno busca romper el estereotipo de “sala de exhibición” para convertirse en un complejo artístico que le otorgue al público una experiencia trascendente a través del arte. Este espacio acerca los movimientos estéticos contemporáneos a sus visitantes, fomentando el encuentro con el público a través de diferentes narrativas. El museo ofrece, también charlas y encuentros, para promover otro tipo de servicios culturales que acerquen a la ciudad a este complejo dedicado a enaltecer la producción artística contemporánea en nuestro país.
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