También conocido como Palacio Postal, Palacio de Correos o la Quinta Casa de Correos, es otra de las joyas arquitectónicas que decoran el Centro Histórico de la Ciudad de México. El proyecto de su construcción estuvo a cargo del arquitecto Adamo Boari, quien, también trabajó en la primera fase del Palacio de Bellas Artes.
La primer piedra que se colocó para la construcción del Palacio de Correos, fue puesta en 1902, tras una sentida ceremonia, que dio apertura a una de las obras más emblemáticas del Porfiriato. El proyecto tardó cinco años por lo que su inauguración tuvo lugar el 17 de febrero de 1907. El Palacio está ubicado sobre una superficie de 3,730 m2 y en su edificación se combinaron materiales europeos con otros de origen mexicano.
El Palacio de Correos tiene una arquitectura ecléctica, pues mezcla en su estética varios movimientos artísticos, siendo el plateresco, el predominante, pues ostenta fachadas fastuosas; sin embargo, mezcla también los estilos gótico, español, veneciano y art noveau.
En su interior, destacan las excepcionales escalinatas, elaboradas con mármoles mexicanos y cantería traída del estado de Hidalgo, la tonalidad dorada que evoca el Palacio se la da la fina herrería de bronce, la cual fue elaborada en la Fondería Pignone de Florencia, Italia. Y, en la Torre principal, el ornamento se lo da el suntuoso reloj, el cual fue importado desde Alemania. Sus muros resguardan grandes obras de arte entre las que destacan los frescos de Bartolomé Gallotti.
Con el paso del tiempo, el Palacio de Correos fue testigo de la evolución y cambios en la ciudad, durante la década de los 50’s compartió su espacio con el Banco de México, lo que trajo consigo cambios desafortunados, pues se vieron obligados a construir dos puentes que unieran las dos edificaciones, causando estragos en gran parte de la estructura del palacio, haciendo desaparecer el ornamento original de toda esa área y recargando la estructura de acero del recinto, lo que aunado al Terremoto del 85 en la Ciudad de México, perjudicó seriamente la edificación.
Entre el año1996 y el año 2000, se ejecutaron labores para la reconstrucción y restauración de varios elementos que habían sido destruidos por diferentes causas, como los elevadores, los cuales fueron de los primeros en la Ciudad de México o la herrería que había sido pintada. Todos estos trabajos de recuperación, le devolvieron al Palacio de Correos el esplendor del que gozaba en sus inicios. Este edificio, que está lleno de historia y una belleza incalculable, fue declarado Monumento Artístico en el año de 1987.
Aunque son varias las edificaciones que ornamentan el centro capitalino, aparte del Palacio de Correos, la exquisita arquitectura del Palacio Nacional, destaca de manera predominante, al ser el primer edificio de México, la historia y legado que tiene, nos deja decir que vale la pena un recorrido intenso y exhaustivo por las calles de la Ciudad de México, que nos van narrando las memorias de otras épocas, entremezcladas con la modernidad de la que goza hoy día esta ciudad, que es una de las más notables de América Latina.
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